martes, 14 de abril de 2009

14-04-2009 Francia da de sí.

Hola a tod@s:

Desde Guadalupe con mucha ilusión reemprendo los relatos para vosotros.

Martinica.- En cuanto pisé tierra en Martinica perdí la sensación de estar en el Caribe para sentirme de lleno en Francia, no en vano Martinica es un departamento de Francia que está totalmente explotado por los franceses. Me da cierta rabia que habiendo sido descubierta por Cristóbal Colón no sea española, y más todavía el que con tantas islas como hay aquí, y que mientras que casi todos los países tienen su parcela, nosotros nada. En fin nos conformaremos con que en la Republica Dominicana, Cuba y Puerto Rico se hable español.

Le Marín es el puerto por excelencia de Martinica y posiblemente del caribe, en su puerto y en su bahía se concentran miles de barcos, mayormente veleros, he visto a gentes de muchos países, pero a ningún español, tampoco se prodigan mucho con las banderas, quizá la mayoría sean locales.

En Le Marín la mayoría de las gentes son blancos, tanto los residentes como los transeúntes. Los bares y restaurantes tienen el sello francés y aunque no hablo francés detecto que el acento de las gentes es del más puro francés de Francia, la gente del comercio también habla inglés.

Los restaurantes son bastantes buenos y no muy caros. La moneda, lógicamente, es el euro.

Los trámites de aduana son los más simples de cuantos hemos visto hasta ahora, en la oficina hay varios ordenadores, debes rellenar un impreso con los datos del barco, de la tripulación y la fecha de entrada, seguidamente lo imprimes y lo entregas al funcionario/a de turno, te lo sella y te lo entrega, al ser comunitarios no nos pidieron ni el pasaporte. A la salida hay que repetir la operación indicando la fecha de salida. De momento es el único sitio donde el trámite es gratuito.

El tema Internet también funciona con el wi-fi del restaurante o del bar. En Le Marín se llama Mango Bay y se encuentra junto al atracadero de dinghyes (ver foto). Mango Bay es un restaurante construido en madera totalmente encima del agua, está dividido en dos partes bien definidas, una es el comedor y la otra es la “sala de ordenadores”, normalmente hay un par de docenas de personas con su ordenador y su cerveza tecleando a rabiar. Curiosamente el suelo del local consiste en unas tablas de madera separadas entre dos y tres centímetros, cualquier cosa que se te caiga va a parar al mar.

Normalmente la gente lleva una cadena o un cable con un candado para amarrar el dinghy, junto al atracadero hay una tienda de náutica bastante bien surtida donde compre el conjunto por 42 euros.

Aquí la gente del mar se identifica mejor como ciudadanos del mundo, los hay de todos los colores, aunque normalmente muy morenos del sol, aventureros que han llegado aquí como tripulantes o polizontes de un barco y buscan otro barco para ir hacía Panamá, o cualquier destino que redondee su vuelta al mundo. Los transmundistas también proliferan, he visto al menos media docena, (ver foto de un barco transmundista).

El atraque en el puerto de Le Marín no es caro, unos 20 euros al día, pero el fondeo está muy bien, el fondo es de fango y el ancla se clava bien, además el viento siempre es de componente este, con lo cual el borneo es prácticamente imposible, yo he optado por fondear.

El domingo día 5 de abril, alquilamos un coche por 30 euros y nos dimos un paseo por el interior de la isla, visitamos algunas playas mayormente tomadas por los negros del lugar que aprovechan el domingo para hacer picnic con sus barbacoas portátiles donde asan peces o pollos.

La arena es negruzca y el agua no es lo transparente que sería desear. Los cocoteros son el principal elemento del decorado.

También nos acercamos a la Montagne Pelee (Montaña Pelada) donde se encuentra el cráter del volcán que cambió la vida de la isla en 1902.

El lunes día 6 permanecimos en Le Marín, Juan, del Torre de Vuit había quedado en salir de Santa Lucía y asomar por Le Marín, pero no apareció. Aproveche para hacer unas compras de víveres, aquí hay un supermercado bastante grande pero poco surtido, hace tiempo que no me como un buen entrecot y no parece que esto exista por aquí. La verdad es que tengo mono.

El martes salimos hacía el norte por la costa atlántica, tenía intención de pasar la noche en una reserva conocida por Baie du Tresor en 14º 45,6 N 60º 53,2 W, pero llegamos poco antes del anochecer y opte por fondear en otra cala cercana donde la aproximación parecía menos arriesgada, así que pasamos la noche en la Baie du Galion. Al día siguiente con la luz de todo el día por delante no dirigimos a la Baie du Tresor, en cuando llegamos le dió por llover y así estuvo todo el día, con lo cual nos quedamos en el barco.

Por la mañana del día siguiente toda la bahía era para nosotros, no había absolutamente nadie, saltamos a tierra con el dinghy, paseamos por entre la vegetación y buceamos, realmente es un lugar bonito, corales, vegetación terrestre y acuática y una gran variedad de peces que acuden para que nos veamos bien las caras y hacernos amigos, también hemos visto preciosas caracolas vivas, las hemos fotografiado y devuelto a su ambiente, así como grandes cantidades de cangrejos con una enorme pinza.

Tristemente aquí también abunda el vertido de desechos y chatarra como en todos los lugares de las islas.

A medía mañana deshicimos el camino recorrido por entre los arrecifes con ayuda del plotter y el MaxSea para dirigirnos a Dominica, donde llegamos sobre las tres de tarde.



Dominica.- En cuanto llegué a Dominica ya me hubiera dado la vuelta, luego me alegré de no haberlo hecho. Las fotos hablan por si solas:

DOMINICA 1; La presentación de la marina.

DOMINICA 2; El muelle del puerto deportivo, algunas boyas (amarres), el atracadero de dinghyes, y la gasolinera.

DOMINICA 3; El bar y la terraza de la marina.

DOMINICA 4; El puerto comercial con el maná del día.

DOMINICA 5; Un mercadillo.

DOMINICA 6; Una de las principales calles de la capital, Roseau.

DOMINICA 7; Una casa.

DOMINICA 8; Otra casa.

DOMINICA 9; Panorámica de la capital Roseau. Lo más importante el estadio de béisbol y el crucero.

DOMINICA 10; Una catarata de agua caliente.

DOMINICA 11; Una catarata de agua fría.

DOMINICA 12 y DOMINICA 13; Dos gozadas a distinta temperatura.

DOMINICA 14; La desembocadura del Indian River.

DOMINICA 15; Chatarra para la eternidad.


Nos instalamos en una magnifica boya que había sido blanca y bajamos con el dinghy a tierra, sorpresa!!, había wi-fi en la marina. Aproveché para ver el correo y enviar algunos mensajes. Dimos una pequeña vuelta y volvimos al barco, yo no las tenía todas conmigo en cuanto a la seguridad del lugar.

A la mañana siguiente vi la maniobra de atraque del Caribbean Princess, un trasatlántico que regularmente hace una parada de una horas en la isla y miles de turistas invaden la ciudad.

A menudo llegan barcos con turistas y entonces es cuando la gente de la isla despierta, esto no ocurre durante la larga temporada de huracanes y hay que aprovecharlo.

Toda la población se moviliza alrededor del puerto para captar la atención de los fugaces visitantes, la oferta no es muy variada; un gran surtido de tenderetes con souvenirs de todas clases, especialmente camisetas y colgantes de todas las formas y colores, otra opción son las excursiones, una formación de furgonetas convertidas en gua-guas están dispuestas para llevar a los turistas a visitar las peculiaridades más características de la isla, y un ejercito de “comerciantes” intentan asegurarse un “over booking” o “al menos el full booking” de sus vehículos, para ello te asaltan, te cogen (cuidado los hispano-americanos con esta palabra, que no va por ahí), te ofrecen, e intentan convencerte como sea.

Yo me deje convencer por “Juan el Cubano” un tipo muy simpático que hacía de guía para un grupo de hispano parlantes, enseguida me interesé por la excursión que ofrecían por 15 dólares americanos, el hecho de ofrecer el diálogo en español no tenía color frente a la oferta del inglés criollo que ofrecían los otros, así que nos juntamos en la gua-gua; mejicanos, portorriqueños, argentinos, chilenos, nosotros y una negrita muy maja que también hablaba español.

Juan el Cubano nos explicó muchas curiosidades de la isla y nos enseño algunas variedades de frutos y plantas que tienen especial importancia en la vida de los habitantes.

La vida de la isla se limita al turismo y a las plantaciones de plátanos, en Dominica no hace falta trabajar para vivir, el campo y el mar lo dan todo. Si algún dominicano quiere tener algo de dinero puede trabajar pero esto no interesa a muchos.

La isla es un terreno totalmente abrupto con montes que alcanzan los 1.400 metros. En general las islas del caribe son volcánicas y tienen alturas considerables que provocan la elevación del aire húmedo que circula por el Atlántico, este aire se enfría al elevarse y el vapor de agua llega fácilmente a la temperatura de punto de rocío originándose la lluvia. Dominica es una de las islas más altas y por ende donde más llueve, prácticamente todos los días, de ahí que tiene un gran número de ríos y cataratas, así como auténticas selvas.

En algunos lugares el calor interno de la tierra contrasta con el agua pudiéndose encontrar algunos géiseres y las curiosas aguas termales que pueden verse en las fotos 10 y 12.

Según nos contó Juan el Cubano existe una reserva con unos 3.000 indios caribeños que han mantenido las raíces y la forma de vida que tenían cuando los conquistadores llegaron a la isla.

Le pregunté a Juan por la carne de ternera, me dijo que en la isla hay vacas y que se sacrifican para comer pero que hay que ir al mercado los sábados a las 5 de la mañana porque cuando lo trocean no distinguen la carne de los huesos, todo se trocea para el puchero, no saben lo que es un entrecot, ni un filete, ni un bistec, todo se hierve.

Por cuanto a la seguridad Juan me tranquilizó en el sentido de que las gentes son pobres pero no les falta la comida y la delincuencia es muy escasa.

Es normal en estas islas el ver pollos y gallinas campando a su aire por las calles y oír el kirikiki de los gallos al amanecer.

Antes de dejar Dominica hicimos una parada en Portsmouth, es una bahía al noroeste donde desembocan algunos ríos, el más importante es el Indian River y precisamente una excursión por el interior del río es el atractivo principal de la zona. Hay unos barqueros que intentan captar a los turistas para ocupar sus botes a remo, nosotros intentamos hacer la excursión por nuestra cuenta con el dinghy pero no nos dejaron, así que volvimos para atrás y menos mal porque el barco estaba garreando. Hicimos algunas fotos a algunos barcos embarrancados en su playa, al menos media docena, seguramente victimas de los huracanes, Dominica se encuentra en el centro neurálgico de la franja de paso de huracanes, curiosamente la desembocadura del Indian River esta casi bloqueada por un barco embarrancado y medio destrozado, en el interior hay un barco más pequeño que está flotando pero no puede salir, el paso que deja el embarrancado es insuficiente, se pueden ver en las fotos 14 y 15. Compramos el pan y volvimos a las velas para dirigirnos a Les Saintes.



La navegación entre islas es bastante placentera, si bien conviene reducir trapo porque el viento es bastante fuerte y siempre de través, lo malo es que el mar también es de través con olas que a veces llegan a los tres o cuatro metros y esto es bastante molesto, los tramos entre isla e isla son de unas cuatro horas que se soportan muy bien. Algunos redactores de esta travesía han destacado la fuerte corriente que circula de este a oeste en la misma dirección que el viento, dado que la navegación entre islas es de norte a sur o de sur a norte en teoría deberíamos navegar de través rabioso, pero, dicen ellos, que debido al abatimiento y a la corriente siempre hay que navegar de ceñida rabiosa. Mi experiencia es que el abatimiento y la corriente nos obliga a una corrección de unos 20º máximo 25º, o sea que recibimos el viento entre 60º y 70º, por lo que en este sentido la navegación de ceñida con las olas por la amura se lleva muy bien.



Les Saintes.- Les Saintes es un pequeño archipiélago que pertenece a Guadalupe y por lo tanto a Francia. Seguramente es uno de los sitios más bonitos del Caribe, playas y costas escarpadas para todos los gustos.

Llegamos el Sábado Santo y estaba abarrotado de yates. No fue fácil encontrar un hueco para fondear, y más teniendo en cuenta que las zonas de fondeo son bastante profundas, del orden de lo 15 metros, esto supone que hay que echar al menos 50 metros de cadena, con cual, con un pequeño borneo puedes darle al vecino.

Les Saintes nos recibió con una esplendorosa lluvia que nos obligo a quedarnos en el barco el resto del día.

El domingo (de pascua) saltamos a tierra y paseamos por el pequeño puerto y por las calles con comercios, que curiosamente, la mayoría estaban cerrados. En una pequeña iglesia se oficiaba la misa, supongo que de resurrección, la iglesia estaba abarrotada de fieles, mayormente blancos pero el cura y los monaguillos, bueno, había un monaguillo y una monaguilla eran negros, no me preocupe de averiguar si eran católicos, anglicanos o de otro gremio.

Carlos se fue a descubrir playas y yo preferí volver al barco y preparar estos relatos.

El lunes ya tenía ganas de pisar una civilización con restaurantes franceses con buenos entecotes y langostas, duchas con agua dulce, la tranquilidad de un puerto y el wi-fi para sentirme más cerca de mis amigos. Así que desplegamos velas y a Guadalupe, que como ya va siendo normal nos recibió con un generoso aguacero que me impidió meterme directamente en el puerto de Bas de Fort, fondeamos en el otro lado del canal y esperamos a que parase de llover, luego fuimos al puerto con el duinhy para pedir un amarre y hacernos la idea de la forma y el lugar.



Hoy martes 14 de junio estoy placidamente instalado en un amarre de este inmenso puerto natural, después de haber dormido más de 8 horas seguidas sin que el barco se moviese un ápice y no sin antes haberme dado una ducha que me costó media botella de gel, porque no había tenido ocasión desde Santa Lucía y de haberme comido un entrecot a la pimienta verde de los que no se salta un gitano.

Le paso un montón de fotos a Jaime, cuando las cuelgue las podréis ver en:

http://atlanticoprat.blogspot.com/

abrazos
Ramón

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