sábado, 4 de abril de 2009

29-03-2009 Relato de la travesía

Desde 14º 04,436’ N 60º 56,963’ W

DE MINDELO A BARBADOS

Ya hemos cruzado el charco!!!

No es fácil escribir los acontecimientos diarios en un barco de vela que cruza el Atlántico, para los protagonistas estos acontecimientos lo son todo en su vida, y si se proponen narrarlos por escrito normalmente se imponen escribir algo cada día, con lo cual no hay más remedio que repetirse continuamente porque en una travesía de dos o tres semanas siempre pasa lo mismo, si bien podemos decir que no hay dos días iguales también diremos que no hay cuatro días diferentes.

En mi preparación para esta travesía he leído unos cuantos relatos de navegantes que me han precedido y que han tenido la gentileza de compartir su experiencia. La lectura de estos libros y algunos artículos que he encontrado en Internet han sido realmente decisivos para hacerme una idea muy precisa de lo que me iba a encontrar, si bien la parte realmente interesante de estos libros es un pequeño porcentaje, el resto, puede resultar más o menos ameno según el sentido novelístico del autor, pero no deja de ser esto, una novela. Yo me lo he pasado muy bien leyéndolas.

Como mi intención no es la de escribir un libro sino un breve relato que si sirve para algo, bien, y si no también, voy a limitarme a contar algunos detalles que pueden o no ser interesantes pero son los que marcan las diferencias entre un día y otro día.

Empezaré por la lista de coordenadas tomadas a las 12.00 UTC y que rezan en el cuaderno de bitácora:

Días 4,5 y 6 de marzo 2009 Mindelo (Cabo Verde) latitud 16º 53,2’ longitud 024º 59,5’

Salida de Mindelo el viernes 6 a las 20,30 UTC

Sábado día 7, latitud 16º 46,5’ N, longitud 026º 16,2’ W recorridas 73 millas en 15,5 horas

Domingo día 8, latitud 16º 18,6’ N, longitud 028º 34,0’ W recorridas 135 millas en 24 horas

Lunes día 9, latitud 15º 54,1’ N, longitud 030º 53,3’ W recorridas 136 millas en 24 horas

Martes día 10, latitud 14º 14,0’ N, longitud 031º 57,8’ W recorridas 118 millas en 24 horas

Miércoles día 11, latitud 14º 13,7’ N, longitud 033º 34,0’ W recorridas 93 millas en 24 horas

Jueves día 12, latitud 14º 20,0’ N, longitud 035º 05,1’ W recorridas 89 millas en 24 horas

Viernes día 13, latitud 14º 18,7’ N, longitud 036º 33,2’ W recorridas 85 millas en 24 horas

Sábado día 14, latitud 14º 20,3’ N, longitud 038º 06,0’ W recorridas 90 millas en 24 horas

Domingo día 15, latitud 14º 13,7’ N, longitud 039º 48,8’ W recorridas 99 millas en 24 horas

Lunes día 16, latitud 14º 14,2’ N, longitud 041º 33,7’ W recorridas 102 millas en 24 horas

Martes día 17, latitud 14º 27,5’ N, longitud 043º 46,9’ W recorridas 130 millas en 24 horas

Miércoles día 18, latitud 13º 59,2’ N, longitud 045º 47,3’ W recorridas 120 millas en 24 horas

Jueves día 19, latitud 14º 18,7’ N, longitud 048º 12,4’ W recorridas 142 millas en 24 horas

Viernes día 20, latitud 14º 42,8’ N, longitud 050º 43,1’ W recorridas 148 millas en 24 horas

Sábado día 21, latitud 15º 20,0’ N, longitud 053º 05,1’ W recorridas 142 millas en 24 horas

Domingo día 22, latitud 14º 25,4’ N, longitud 054º 55,4’ W recorridas 119 millas en 24 horas

Lunes día 23, latitud 13º 54,6’ N, longitud 056º 41,0’ W recorridas 107 millas en 24 horas

Martes día 24, latitud 13º 35,5’ N, longitud 058º 21,4’ W recorridas 99 millas en 24 horas

Miércoles día 25, latitud 13º 15,8’ N, longitud 059º 38,7’ W ¡¡¡Barbados!!!

Millas.- La distancia ortodrómica entre Cabo Verde y Barbados es de unas 2.000 millas, si sumamos la distancia recorrida según las etapas diarias resultan 2.102 millas y si medimos la estela del barco que queda en el plotter, resulta que la distancia que en realidad hemos recorrido es de 2.300 millas. Esto es debido a que el viento raramente te permite ir a rumbo directo, por lo menos a mí. Y yo pregunto, ¿Que importancia tiene la distancia ortodrómica versus la loxodrómica en un velero?

El viento.- El viento en esta singladura siempre es de componente popa, pero esto no siempre es bueno porque si navegamos con gennaker, que es lo más efectivo, resulta que no podemos llevarlo totalmente por la popa y tendremos que dejar unos 30º por la aleta lo cual se traducirá en unos 30º de desvío de rumbo, pero con el agravante del efecto Murphy resuelta que si elegimos la aleta de estribor (gennaker a babor) en viento rolará unos grados al sur, siempre buscando nuestra popa, con lo cual tendremos que alterar nuestro rumbo unos grados más al norte y viceversa. Otra opción son las orejas de burro con la génova atangonada y la mayor con la máxima apertura en la banda, así sí podemos ir de empopada cerrada y las pequeñas roladas solo nos afectan en su magnitud y no con el incremento de 30 grados como ocurre con el gennaker. Jugamos con estas dos opciones según la dirección y la fuerza de viento que raramente llega a 20 nudos. Ocasionalmente puede aparecer un sur o un norte que viene muy bien para navegar de través con mayor y génova y a rumbo directo, pero esto es muy rarillo que me pase a mí. Ciertamente hay otras opciones para poder navegar bien con vientos portantes, el espinaker, dos génovas y con la mayor a la vía parece una buena opción pero el Paradisse no está preparado para navegar de popa, nunca había hecho falta, quizá me lo piense si decido repetir la aventura, tengo que pensarlo bien porque ambas opciones requieren tangón, y el tangón a veces requiere más de dos manos. He conocido a varios navegantes solitarios y la verdad es que me dan bastante envidia, el problema es que los navegantes solitarios solo tienen dos manos.

El mar.- Todos los redactores que han descrito el característico ir y venir de grandes olas en el Atlántico coinciden en calificarlas simplemente de molestas, yo diría que una buena somanta de vientos duros de proa antes de alcanzar el estrecho y un buen vapuleo de olas de 4 o más metros de popa entre el estrecho y Cabo Verde son una excelente terapia para llegar a estas latitudes y sentirse como en la mecedora de la abuela. En Las Palmas compre una especie de manteles, que los había visto en el Salón Náutico de Barcelona que tienen la propiedad de eliminar el deslizamiento de los objetos sobre las superficies, son muy útiles especialmente a la hora de comer, los colocas entre la mesa y el plato o los demás enseres y ni te das cuenta de que el barco se está balanceando. Chulerías aparte, si hemos tenido de de macachis en la mar, pero nunca como en los tramos antriores.

Bien decía Pablo cuando me quejaba de las adversidades del tiempo en el Mediterráneo, “disfruta de los vientos en contra que tiempo tendrás de cansarte de los portantes”.

El cielo de día.- El cielo es de lo más variopinto, nubes y claros con mayor abundancia de las primeras propician unos extraordinarios ortos y ocasos. Estratos y cúmulos de buen tiempo combinados con amarillos a rojos y azules a lilas nos ofrecen obras de arte que bien podrían inspirar a genios como Miguel Ángel que un día se valió de una visión similar para dar fondo a los primeros pasajes de la Biblia que dejó plasmados en la Capilla Sixtina.

Uno se imagina que cruzar el Atlántico ha de ser una repetición continuada de agua, un horizonte redondo y equidistante hacía donde sea que dirijas tu mirada, unos días con más olas y otros días con menos viento y así todos los días y a todas las horas. Sin embargo, podríamos decir que a medida que avanzamos nos encontramos con nuevos paisajes, igual que cuando viajamos en tren, son paisajes mágicos que por más veces que vuelvas a pasar por el mismo sitio no volverás a ver. Cada vez que uno se asoma a la cubierta se encuentra una nueva obra de arte, un cuadro que nos ofrece la más grande de las artistas, la madre naturaleza.

Os envío algunas fotografías de estos maravillosos cuadros.

El cielo de noche.- ...pero no todo es bonito en los cielos del Atlántico, unos días por las nubes, y otros días por la luna, tras la primera semana de navegación todavía no pude ver la esfera celeste que han descrito otros navegantes y que tanta ilusión me hacía. A nosotros nos ha pillado la luna llena en plena travesía, es algo que no habíamos pensado pero creo que si se puede prever y evitar, vale la pena. Una semana de menguante, luna nueva y una semana de creciente puede ser un periodo ideal para centrar en la travesía, de todas formas en estas últimas semanas la luna en claro menguante va apareciendo cada vez más tarde, en los últimos días he tenido ocasión de ver noches muy espectaculares. La Cruz del Sur y Escorpión al completo son mis visiones favoritas que no podemos ver en nuestras latitudes.

La falta de visión celestial de los primeros días y las ganas de emplearme con el sextante me indujeron a hacer unos experimentos con el sol, la situación por la altura del sol a mediodía y por la hora de paso por la meridiana me han permitido obtener aproximaciones de mi posición realmente espectaculares. Os lo explicaré en escrito aparte.

La temperatura.- Otra de las muchas cosas que esperaba con ilusión de este viaje era la llegada súbita e inmediata del verano, pero al igual que la visión de las estrellas se ha hecho esperar pero ha llegado.

Llegue a creer que la visión del gran azul no iba a ser posible y no lo fue hasta el día el día 22 de marzo en la posición 14º 24,1’ N 055º 01,4 W a 275 millas de Barbados y con 5.500 metros de profundidad (lo comprobé personalmente, je, je).

Atado con una cuerda y con las gafas de bucear vi el intenso azul esmeralda que se pierde hacia el infinito, dejando una sensación de placer que te deja pensando - jo, cuantas compensaciones tiene el sacrificio de este viaje.

Después ya me he bañado todos los días y no parece que haya tiburones.

Animales.- Aparte de peces voladores, de los que hemos visto en abundancia, e incluso hemos encontrado en cubierta por la mañana se puede decir que bien poco hemos disfrutado de la presencia de peces. Algunos delfines a la salida de Mindelo pero nada más.

Tampoco las aves se han prodigado, si bien casi todos los días hemos visto algún ejemplar, me ha sorprendido mucho ver pájaros a más de mil millas de la costa.

Barcos.- Ver barcos en estas singladuras es bastante raro, me lo han contado como algo realmente extraordinario y así me lo tomo. Aparte de algunos que hemos podido ver en las cercanías del Caribe hemos tenido algunos encuentros, concretamente cuatro, aunque dos de ellos solo en el radar.

El primero fue el más chocante, nos encontrábamos a unas 300 millas de Mindelo y eran las 00,30 de la noche del día 9 de marzo, cuando observe que un gran barco aparecía en la pantalla del radar por mi aleta de babor, estaba a 20 millas, lo fui observando y vi que mantenía su demora, cuando llego a cuatro millas su demora había variado 10º a popa, entonces ya podía ver sus luces, yo encendí las mías, normalmente las he llevado apagadas por cuestión de ahorro de baterias, entonces entro una llamada por el canal 16;

- small vessel at positión tal y tal

Supuse que la llamada venia del barco en cuestión y que era para mí porque no había nadie más alcance del radar, así que conteste enseguida.

- Please repeat position

Cantó mi posición a la milésima de minuto.

- Yes we are

- Are you the vessel in that position

- Yes we are – repito

- How are you going

- Fine, thank you, we are going to Caribe

- Any problem on board?

- No, thank you, everithing is good.

- Well good tryp

- Good tryp

Y lo vi cruzar mi popa en dirección al noroeste.

Otro barco fue un monstruito que nos paso a 4 millas cuando estábamos aproximadamente a mitad de camino, Su nombre “Atlantic Prosperity” le hicimos fotos.

Chubascos,- Los chubascos son fenómenos normalmente habituales en esta travesía, nosotros hemos pillado solo dos o tres y uno de ellos nos hizo la jugarreta. Los chubascos siempre se nos han presentado por la noche o de madrugada, vienen acompañados de una variación del viento y de la mar, no han sido especialmente duraderos ni aparatosos pero como dije, uno de ellos nos ocasiono problemas.

Fue al amanecer del día 22 me había relevado Carlos en la guardia y le dije que echase el curri ya que las capturas han sido más habituales al amanecer y al anochecer, al cabo de un rato Carlos me despertó porque el viento había virado el barco (íbamos con piloto automático de viento).

Cuando cogí el timón para volver al rumbo noté que iba excesivamente duro. Entonces me di cuenta de que la línea del curri daba la vuelta por la pala del timón, intentamos sacarla con el bichero e intentamos mil maniobras, siempre cuidando de no complicar las cosas con la hélice.

No entendí porque no se soltaba hasta que tuve que meterme en el agua y ver que la línea había quedado metida entre la parte fija y la parte giratoria del timón quedando fuertemente atrapada, pase los dos chicotes al mismo lado y moviendo el timón y tirando de los dos chicotes a la vez conseguimos liberarlo. Este fue en realidad mi primer baño en el Atlántico, luego a mediodía del mismo día fue el de placer que he comentado.

Nota 1: Tuve que echarme yo al agua a pesar de que Carlos es más joven y ágil porque tiene miedo a que se lo coma un tiburón.

Nota 2: Debido a que habíamos perdido dos señuelos por picadas de peces demasiado grandes improvise un curri compuesto de: 40 metros de driza de 12 m.m., 20 metros de driza de 10 m.m., un plomo de cinturón de buceo, 5 metros de cabito de 5 m.m., 15 metros de sedal de nylon compuesto de 4 hilos de 0,8 m.m. y finalmente un señuelo (calamar artificial) con el trozo de línea que viene de fábrica.

Huelga decir que el tramo que quedó pillado en el timón fue el de 12 m.m.

Afortunadamente no pescamos un marlín de 200 kg. como le ocurrió a un colega americano.

La pesca.- La pesca se ha hecho esperar y desear, hasta el día 11 no tuvimos la oportunidad de ver los primeros ejemplares de nuestra propia cosecha desde nuestra entrada en el Atlántico, dos doraditos que devoramos con el ansia que se acumula después de un mes esperando degustar los productos atlánticos y de habernos gastado más de 100 euros en artilugios para atraer a nuestras victimas, lo decepcionante es que vinieron de la mano de un señuelo casero que llevaba Carlos consistente en un plomo en forma de torpedo con un agujero a lo largo por donde pasaba la línea unida a un anzuelo de 3 patas disimulado con un recubrimiento de pelos de brocha. El día 12 pillamos otro ejemplar parecido con el mismo aparejo.

Luego aparte de algunos peces voladores que embarcaban por la noche por su cuenta y riesgo, nueva sequía hasta el día 20, se trataba de una especie de barracuda canija y fea que solo por nuestras ansias de comer pescado la pasamos por la cacerola, resultó incomestible por la cantidad de espinas, solo había espinas, menos mal que Carlos lo había cocinado con cebolla y tomate y así pudimos comer algo y entretenernos apartando las espinas.

La recompensa por nuestra perseverancia no llego hasta el día 21 con un magnifico tunido que quedo atrapado en la línea que he descrito en el capitulo de los chubascos, este fue nuestro mejor premio hasta el momento. Pero la apoteosis fue el día 23 con un magnifico dorado de 90 centímetros, Lo único que tiramos fue la cabeza, estaba buenísimo desayuno, comida y cena para tres, no sobró nada.

Comunicación.- Las conexiones diarias con la rueda de los navegantes eran el atractivo y la incógnita principal de todos los días, la calidad de la recepción, ¿Quien estará al otro lado?,

¿Podremos hablar hoy con alguien?, eran el enigma de la 16.00 y las 22.00 UTC

Gracias a José Luís, Jaime, José, Xavier, Ángel y a mi familia por haberos trasladado a mi lado a través de las ondas.

Mañana os cuento más cosas. Enviaré fotos a Jaime para que las incluya en el blog.

Abrazos

Ramón

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