sábado, 27 de junio de 2009

22-06-2009 Cruzar el Atlántico

Como prometí ayer os paso la primera parte del relato de Bermuda a Azores.

La segunda parte os gustará más porque nosotros tomamos el camino de la aventura y vaya si lo fue.

Abrazos y besos.

Ramón

 

DE BERMUDA A AZORES

 

Primera parte.- Sobre meteorología.

Aunque sobre esta travesía (Bermuda-Azores-Estrecho) no se ha escrito mucho, creo que el tema da mucho de si y que es realmente interesante, así pues voy a intentar exponer mis puntos de vista en base a lo que he leído y lo que he ido contrastando por mi experiencia.

Para navegar de Bermuda a Azores hay dos caminos: uno es bueno y el otro puede ser una autentica aventura.

El bueno consiste en tomar el rumbo directo pero hay que estar provisto de unos 1.000 litros de gas-oil (para un velero de unos 38 pies). Ir a rumbo directo supone atravesar el anticiclón de las Azores casi por en medio, las posibilidades de encontrar viento son escasísimas, también es escasa la posibilidad de encontrar temporales, la corriente puede ser más desfavorable que favorable y sobre todo no habrá nada para contar a los nietos.

La segunda opción requiere un poco más de literatura y de espíritu aventurero.

Empezaremos por observar la información que recibimos de los más prestigiosos centros de información de los Estados Unidos a través de las Pilot Charts y The Altantic Crossing Guide.

La Pilot Chart del mes de junio nos ofrece la siguiente información acerca de temporales y vientos.

TEMPORALES (Según la Pilot Chart de junio): Vientos de fuerza 8 o más en el norte del Atlántico son infrecuentes en junio. Solo en aguas del sur de Groenlandia y en las porciones del norte del Mar de Noruega hay posibilidades de encontrar temporales con frecuencias que excedan el 10%.

VIENTOS (Según la Pilot Chart de junio): La alta de Azores es el rasgo más dominante en el norte del Atlántico durante el mes de junio y controla en gran medida la circulación. Entre 35N hasta 60N los vientos predominantes son suroeste excepto en la Península Ibérica donde son del norte. Al sur del 35N los vientos predominantes son del noreste en la mitad este y del este o sureste en la mitad oeste. Sin embargo los vientos al norte de 60N son más variables, Sus direcciones medias tienen menos sentido pero exhiben, al menos en parte componente norte. Los vientos más ligeros acaecen entre 20N y 40N, bajo la posición central de la alta de Azores, con una fuerza media de 2 a 4. Al norte de 40N y sur de 20N la media es de 3 a 5.

La foto BERMUDA-AZORES 1; muestra la parte de la carta de junio relativa a temporales, en ella podemos ver que un temporal en junio es posible pero muy poco probable.

Realmente las Pilot Charts son una información basada en estadísticas, pero a la vista de las probabilidades uno piensa que son muchos los veleros que cada mes de junio hacen esta travesía y poco o nada se dice sobre naufragios o desapariciones.





Por otra parte The Altantic Crossing Guide nos muestra la página que he reproducido en la foto BERMUDA-AZORES 2, en ella pueden verse los vientos y las corrientes dominantes durante el mes de junio (vientos en rosa y corrientes en azul). Esta publicación no solo advierte de riesgo de vendavales, sino que los califica de cosa común en mayo y junio.





¿Con que versión nos quedamos? Con ninguna, lo comprobamos y ya está.

Antes de contaros nuestra propia experiencia os diré que en esta travesía hemos ido conectados por radio con otros barcos que están en esta ruta y cada uno nos contamos sus propias experiencias.

El catamarán "Crazy baby" con base en Barcelona, navegó 1000 millas por delante nuestro, viene de Colombia y cruza el Atlántico al igual que nosotros con el apoyo de Rafael del Castillo. Salió de Bermuda con calma y tuvo que navegar varios días con motor para remontar hasta el paralelo 38 para encontrar viento, a partir de aquí la navegación fue bastante placentera hasta la mitad del trayecto, allí volvieron a encontrar calma y hubo que avanzar con motor durante tres o cuatro días, nuevamente vientos portantes y cuatro días antes de llegar a Azores les pilló un temporal con vientos de 30 a 35 nudos y olas rompientes de 5 a 6 metros, la situación duró tres días. El temporal les arrancó dos kayac que llevaban amarrados a los candeleros, además de los propios candeleros.

El velero "Dique" con base en Mataró, navega 300 millas por detrás de nosotros, viene de Brasil, navega en conexión con un grupo moderado por un tal Mariano que está en Las Palmas y ofrece ayuda técnica y meteorológica a un grupito de seguidores. Tengo que recabar más información sobre este asunto. Pues bien, el velero Dique se ha encontrado días atrás con el paso de un frente que ha provocado vientos de más de 35 nudos, navegaba con la génova reducida y se le partió la driza del enrollador, como consecuencia se desplegó la vela totalmente y al quedar libre al flameo del viento se le hizo trizas. Esto ocurrió en pleno temporal a las tres de la madrugada, El armador, Juan, navega solo en compañía de su esposa y tuvo que recoger la vela sin más ayuda que la luz de una linterna que sostenía su mujer.

Temporales y encalmadas es la verdadera tónica de la navegación por estas latitudes, la travesía Bermuda-Azores dura unos 20 días, así que todos tenemos muchos números para disfrutar o para sufrir con todas las situaciones, pero nadie puede dar una pauta, ya que a cada uno le va como le va.

Como sabéis esta zona está dominada por el poderoso y eterno Anticiclón de las Azores, y un anticiclón es sinónimo de buen tiempo, en teoría, alrededor del anticiclón deben rotar los alisios y los contra-alisios, como se ve el la foto del The Altantic Crossing Guide y propiciar una deliciosa autopista de vientos portantes que haga las delicias de una navegación desde las costas del este a las del oeste y viceversa.

Pero no, la realidad es que si bien es así en los contornos del este, del sur y del oeste no lo es en el contorno del norte. El motivo es que se forman abundantes núcleos de baja presión entre los paralelos 40 y 45, deduzco que esto es debido al enfriamiento del aire que viene del sur con un alto nivel de agua en suspensión, este enfriamiento es debido simplemente al alejamiento de las zonas tropicales y al acercamiento a la zona ártica, como consecuencia del enfriamiento las moléculas del agua empiezan a proliferar y se produce el vapor que conocemos como nubes. Un techo de nubes propicia un núcleo de baja presión y un núcleo de baja presión atrae el viento que mueve el anticiclón y provoca un tapón para su expansión que debería llegar a la baja islándica. Y ya está armada porque la proximidad de estas bajas con el centro del anticiclón propicia el acercamiento entre isobaras que determina la velocidad del viento.

De aquí que se produzcan auténticos vendavales en el contorno sur de estas bajas que suelen quedar en las proximidades del paralelo 38 y que obviamente propiciaran los vientos portantes que han de conducirnos hacía el este. Estas bajas llegan a tener una extensión de alrededor de 1.000 millas e incluso más, normalmente se desplazan hacía el este a una velocidad de 30 nudos, esto supone que la duración de estos temporales puede durar un par de días, pero no siempre es así, a veces se rellenan y se resisten a avanzar y pueden durar algunos días más.

Pero esto es precisamente lo bueno y lo malo de la travesía, bueno porque es el motor que nos mueve a buen ritmo hacia nuestro objetivo, y malo porque el viento en el Atlántico provoca rápidamente olas aterradoras, no hace falta mucho viento para que las olas alcancen los 3-4 metros y es sorprendente la rapidez con que se establecen a poco que arrecie el viento, como también sorprende la lentitud con que disminuyen cuando el viento amaina. Me habían dicho que las olas del Atlántico eran largas y parsimoniosas y aunque altas no resultaban tan violentas como las del Mediterráneo, esto es relativamente cierto cuando se trata de mar de fondo, pero para nada cuando se trata de mar de viento.

Lo que sí parece insólito, o por lo menos yo no le veo una explicación lógica es que puedan originarse vientos de componente este, doy fe de que sí, ya sabéis de mi poder de atracción hacía los vientos de componente proa. Tres días nos tuvo en jaque un viento de entre E-NE y E-SE de 20 nudos, navegando hacía el norte con poca ropa (o poco trapo) para no pasarnos en latitud, con olas de cuatro metros machacando sobre una escora que ya era de 30 grados.

Cuando le pregunte a Rafael del Castillo que explicación tenía aquel viento del este, me dijo que se había formado una alta en forma de judía entre los paralelos 40 y 45. Supongo que es cosa de los dioses del Olimpo para que no me pille tan de sopetón cuando llegue al Mediterráneo. Pero el viento de proa no acabó aquí. No sé si esto tendrá interés para alguien, pero os aseguro que un año atrás yo hubiera dado dinero por conocer esta información, aunque no por ello hubiera desistido.

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