domingo, 31 de mayo de 2009

31/05/2009 DE BOCA CHICA A BERMUDA

Hola a tod@s:

Os paso otro rollete.

Como dije en mi escrito del día 19 la salida prevista se vio frustrada por un inesperado fallo del sistema de detección del rumbo que afecta directamente al piloto automático. Es obvio que una travesía de 950 millas sin piloto automático y con solo 2 personas puede ser mortal de necesidad, así que la preocupación era grande ya que además no encontré nada que justificase la locura del sensor, solo quedaba pensar en una interferencia exterior. Después de meditarlo toda la noche, al amanecer del día 20 pusimos rumbo (manualmente) a la salida del puerto, el display del piloto seguía diciendo tonterías.

Cuando nos fuimos alejando del puerto el piloto fue recuperando su cordura, así que di por buena la idea de una interferencia. Empezamos a navegar con el piloto automático aunque con el corazón en un puño por si volvía a fallar cuando estuviésemos lejos, pero no, definitivamente estaba recuperado.

Con viento y mar de proa recorrimos las 60 millas que separan Boca Chica de la Isla Saona para tomar rumbo norte en el Paso de la Mona, aunque en el Caribe los vientos son del este, el paso de la Mona es la excepción, aquí son del norte, así que seguimos con viento en proa 40 millas más hasta Babaro.

Al día siguiente, ya al norte de Babaro el viento pasó a noreste y paramos motor para seguir a vela. El viento del noreste no nos iba muy bien porque nuestro objetivo era rumbo 12 y la corrección por corriente y abatimiento era de unos 15 grados, así que tuvimos que empezar navegando hacia el noroeste intentando ceñir al máximo.

Navegamos con una escora de más de 20 grados con un considerable mar de fondo que nos hacía oscilar hasta los 40 grados o más.

Por la tarde y noche nos pasó un frente que descargo todo el agua que quiso. El Paradisse es bastante estanco pero si cerrásemos todas las escotillas y lo hundiésemos (por ejemplo cargándole un metro cúbico de plomo) seguro que le entraría bastante agua, pues eso, la diferencia entre la obra viva y la obra muerta del barco solo quedaba definida por la salinidad del agua.

Los rayos y truenos tampoco faltaban dando la nota de color a la noche. Pero el Paradisse seguía imperecedero su camino hacía la gloria y el piloto automático respondiendo como un disciplinado tripulante.

Ceso la lluvia y la tormenta pero hasta el cuarto día no vimos el sol, el viento de unos 15 a 20 nudos del noreste y el mar de fondo de dos a tres metros en el través, Ángel decía que aquello era como una parihuela portada por cuatro cojos.

La situación empezó a mejorar tras la llegada al paralelo 25, el día 26 con la llegada al paralelo 28 empezamos a disfrutar de la navegación, desapareció el mar de fondo y el viento roló al este-sudeste, pusimos rumbo a destino y empezamos a navegar de través, y así hasta Bermuda.

La persistencia del viento del este en las latitudes bajas tiene formado y establecido un mar de fondo que si bien resulta soportable en las pequeñas travesías entre islas, acaba siendo un suplicio cuando tienes que convivir con él durante varios días.

Seguimos sin ver delfines ni ballenas pero en cambio si hemos visto un barco que tiene su dosis de curiosidad, parece un barco de un transmundista pero en todo caso sería el barco de una gran familia de transmundistas, por la proximidad y el rumbo lo asocie con Haití. Foto R.D. a Bermuda 1; Transmundista a lo grande.

Una curiosidad en estas aguas es la presencia de algas flotando, naturalmente se trata del Mar de los Sargazos, parece ser que antiguamente la presencia de algas era tan grande que muchos barcos quedaban atrapados en ellas sin poder avanzar ni volver atrás.

A nosotros nos aguó la fiesta por el hecho de que no pudimos echar el curry porque se llenaba de algas.

Las fotos:

R.D. a Bermuda 2; Alfombras de sargazos.

R.D. a Bermuda 3; Detalle de sargazos.

Dan una idea de como son estas plantas que emergen del fondo.

La verdad es que yo ya tenía mono de comer un buen pescadito porque en Republica Dominicana más bien resultaba asqueroso, pero no solo el pescado, todo.

Se me hacía la boca agua pensar en el manjar que podíamos tener justo debajo de nuestra quilla. Resulta que el Mar de los Sargazos es el lugar elegido por todas la anguilas del mundo para desovar y desde aquí parten las pequeñas angulas hacía los ríos, en cuyas desembocaduras son esperadas con tupidos cedazos para llevarlas al mercado de valores. No sé si es la época apropiada pero vale la pena llevar un cedazo bien tupido e intentar arrastrarlo junto al barco por si caen. Seguramente estoy diciendo una tontería pero que gozada de sueño.

Sobre el día 25 ya el tiempo era bueno, soleado, poca mar, en fin, la vida volvía a sonreír y un pájaro solitario se empeño a acompañarnos un buen trecho con ademán de posarse encima de nuestro barco, pero aunque llegó muy cerca nunca se atrevió, es un pájaro muy bonito y tuvimos ocasión de hacerle muchas fotos, destaca por su esplendorosa cola. He seleccionado la;

R.D. a Bermuda 4; El pájaro solitario.

El día 26, sobre el paralelo 28 los sargazos ya iban escaseando y probé a echar el curry, tenía que limpiarlo de vez en cuando porque todavía iba atrapando algas.

Llegó la hora de comer y mi cocinero particular me estaba preguntando de que número prefería los enésimos espaguetis, con el enésimo bote de tomate y la enésima lata de atún.

De pronto, alguien nos estaba siguiendo por la popa, voila, un pez, temblando de emoción recogí suavemente el curry y un magnifico ejemplar de no se que especie apareció ante nuestros ojos, lo recibimos con todos lo honores aunque cuchillo en mano.

Ángel se hizo cargo de nuestro pasajero que venia del mar por designio del cielo. Buenííííísimo.

Fotos

R.D. a Bermuda 5; Ángel y el pez

R.D. a Bermuda 6; ¡¡¡A comer!!!

Y poco más que contar de esta travesía... Ah si, después de la tormenta de la segunda noche se jodió el radar, la antena no envía señal, todo apunta a que se fundió el sensor, no he podido encontrar repuesto en Bermuda, o sea que tenemos que seguir navegando sin el tercer tripulante por orden de importancia: 1º, el cocinero Ángel, 2º el piloto automático, 3º el radar y 4º el capitán, yo.

Para la llegada a Azores voy a intentar tener preparado y enviaros un interesante relato sobre Bermuda, muy interesante por cuanto a la aproximación, la entrada y la burocracia. Y también por el entorno, las gentes, la urografía, el clima, etc.

Solo voy a añadir que seguimos conectados con Rafael del Castillo, que hablamos con él dos veces al día, a las 16.00 y a las 22.00 UTC, (18.00 y 00.00 en la península), que podéis llamarle por teléfono a estas horas al 928 297 031 y hablar con nosotros a través de la radio.

No me ha llamado nadie en este último tramo, me habéis olvidado, buaaa.

Yo no os olvido.

También deciros que en el Atlántico escuchamos perfectamente Radio Exterior de España y que estamos al corriente de los éxitos del Barça (no me he perdido ningún partido).

HASTA AZORES.

Abrazos y besos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.